Drama en el que un grupo de aborígenes se oponen a una compañía minera de excavaciones en el desierto de Australia. Herzog nos deleita con unos hipnóticos paisajes lunares, una sorpresiva secuencia surreal y la escena de juicio más delirante de la historia del cine, escapando a todo discurso ecológico esperable por la premisa del film. Pero toma demasiada distancia de los personajes del geólogo y los aborígenes para hacer un viaje más revelador.