Aventura fantástica en la que un hechicero utiliza la tecnología para recuperar un reino tres mil años en el futuro. Las imágenes de archivo del nazismo son lo bastante elocuentes como para que pensemos que cada treinta años hay que exorcizar los fantasmas del pasado. El estilo de animación de Bakshi, ya para esta altura similar al de Heavy Metal (1981) o Pink Floyd: The Wall (1982) es desconcertante. Las escenas de batallas sombreadas sacadas de otras películas dan un condimento retro mucho más perturbador a una en apariencia simple trama de hechicería, capa y espada.