Tercera parte de Witchcraft (1989) en la que un abogado es acosado por un brujo de Massachusetts que quiere a su novia. Si bien esta secuela conserva el protagonista del capítulo anterior (Charles Solomon Jr.) e incluye algún flashback para tratar de dar volumen a la historia, la película entra en la dinámica del body count previsible y rutinario. Ni los asesinatos con efectos visuales de dudosa procedencia o las escenas de sexo que recién aparecen sobre el final pueden animar la función.