Comedia en la que un joven es tomado como empleado en la tienda en New York. El shopping. Siempre adelantado a su tiempo, el del confort la comodidad y la neurosis. Gags sencillamente irresistibles como el beso en la puerta de la casa de la novia o la carrera en la calle para cansarse. Ahora agrega un componente romántico. El cine argentino tiene dos antecedentes en la misma línea. Y el cine francés también lo intentó después, pero con menos gracia. La modernidad de Lewis no está en primera plana. Los gags visuales con Tashlin alcanzan la perfección orgánica y estructural.