Cuento de terror en el que una actriz encuentra a un perro y descubre que ha sido entrenado para atacar a negros en Los Angeles. Fuller da una pequeña cátedra de cómo tratar un tema polémico (el racismo) de la forma más lateral posible y utilizar el silencio en un par de secuencias con el máximo poder expresivo. A fin de cuentas es un film sobre el aprendizaje que conecta con algunos films de Herzog y Truffaut.