Comedia absurda en la que un agente secreto debe recuperar la receta de una ensalada en un país a la espera de ser reconocido. Allen hace un doblaje sobre una película japonesa cambiando el sentido de la historia a partir de los diálogos. Pero el concepto se agota pronto por la ausencia de raccord y el humor facilista. Si a eso le sumamos la burla inofensiva y el poco interés en asumir la dinámica del género de espías, el resultado dista de ser óptimo. Allen utiliza un tipo de película que él cree que es exótica, porque no sabe reconocer los placeres del cine exploitation.