Comedia dramática en la que un oficinista desempleado viaja a un pueblo de Japón en busca de un tesoro y encuentra una mujer que lanza litros de agua durante sus orgasmos. El film de Imamura es una celebración de la vida y del sexo. Destila una vitalidad y una alegría poco común para un director de más de 75 años. Imamura construye su film a partir de la estilización poética y del gusto por los planos largos y generales. Pero en este caso se siente más libre para incluir flashbacks, efectos visuales y extrañas apariciones y para romper el verosímil fílmico con las escenas de sexo más delirantes que se hayan visto en el cine desde Russ Meyer.