Policial en el que un agente investiga unos asesinatos relacionados con el narcotráfico en Yokohama. El film tiene todos los clichés de un policial convencional (la corrupción policial, el jefe que recrimina los métodos del protagonista, el secuestro de un familiar), pero el tono, la puesta en escena y las soluciones visuales de Kitano son absolutamente personales. A partir de planos reposados y de marcados contrastes, Kitano fija las bases de su tratamiento de la violencia.