Comedia dramática en la que un vizconde seduce a una adolescente a pedido de una marquesa mientras se enamora de una mujer casada en Paris en el siglo XVIII. La adaptación que hace Jean-Claude Carrière de la novela de Laclos resulta ejemplar porque le quita la gravedad de tono y soluciona en puros términos visuales las fuerzas que conducen el relato (el futuro marido de la adolescente, el descubrimento de las cartas en el arpa). Y las elecciones del reparto, especialmente la de Meg Tilly como Madame de Tourvel (no una bomba sexual, sino una chica tímida y un poco acomplejada), le dan un nuevo sentido a la historia. Forman puede jugar tranquilo con las inclusiones de humor, el provecho que saca a ciertas escenas (las charlas en la mesa, la seducción natural mientras la adolescente escribe la carta) y su excelente dirección de actores (Annete Benning también es una original elección y su falsa cordialidad se aplica perfecto al papel de la marquesa de Merteuil). La película es suntuosa en cuanto su ambientación y despliegue visual, pero ligera y accesible en su desarrollo argumental. Y escapa a los lugares comunes en su resolución. Es una lástima que la Warner le haya escupido el asado a Forman con una versión mucho más grave, obvia y superficial un año antes con Dangerous Liaisons (1988).