Drama en el que un avión que sale de Newark, New Jersey es secuestrado el 9/11 de 2001. Basado en un caso real. Greengrass da una clase de como filmar la nada durante dos horas haciéndola pasar como un pedazo de la Historia reciente y espectáculo intenso. Que a nadie engañen la cámara semi documental, los actores desconocidos, el realismo de la puesta en escena o la dramatización en tiempo real como recurso de respecto a las víctimas. La idea sigue siendo deleznable. El film podría llamarse: “Yo quiero matar a un terrorista a 10 mil metros de altura, ¿y usted?” Además, la recreación de las acciones desde las Torres de Control (que ocupa la mayor parte del film) con frases mecánicas, movimientos robotizados y pésimas actuaciones llega un momento que satura. Se pierden en el desorden atractivos apuntes como la creación de suspense a partir del cambio de vista del relato y la truculencia de la partitura de John Powell. Sin entrar en la cuestión de la veracidad o verosimilitud, el dibujo de los personajes es absolutamente parcial, cómo quieren ser vistos. Se ve que Hollywood está muy apurado por imprimir la leyenda. United 93 es una aberración fílmica que no merece más mérito que ser la primera película de ficción sobre el tema.