Historia de amor entre un caballero a punto de casarse y su amante española por diez años en Paris en 1835. Breillat toma una novela del siglo XIX y el drama de época y vestuario para llevarlo a su terreno del sexo, la pasión y la muerte. Toma un poco de distancia de la naturaleza condenada de la pareja y la relación hombre / mujer a partir de una primera parte narrada en flashbacks que el protagonista cuenta, del abre y cierra que sirve de comentario de los amigos de la pareja y las escenas de sexo más bien breves y ocasionales. Mirándolo más atentamente el énfasis no está puesto en el amor, el sexo o la pasión sino más bien en la obsesión, donde el odio puede cambiar de signo fácilmente y acercar a la muerte. Pero es sin dudas Asia Argento, con su mirada penetrante, sus reacciones imprevisibles y su estampa de femme fatale la que se come al protagonista, la historia y la película. Hay un momento particularmente shoqueante y significativo en la que la pareja está acostada en un parque y ella le corta la mejilla, que define al relato y al cine de Breillat. Después, cuando se conocen y se rompe la copa en la mano, ella le chupa la sangre de una herida en el pecho, la muerte de la hija por una mordida de escorpión en Argelia y el aborto de su esposa al enterarse de la relación son apenas condimentos de un melodrama que va del rojo al negro sin escalas. Breillat continúa provocando y expandiéndose cada vez con más aplomo.