Drama en el que un niño judío se muda con su familia al sur de Francia durante la ocupación nazi durante la segunda guerra mundial. Doillon logra desdramatizar un material delicado y evitar todo rasgo condescendiente a partir de una mirada libre de prejuicios y de no huir a la crueldad. Al mostrar desde el mismo punto de vista la relación de los hermanos, las persecuciones nazis y el descubrimiento del amor y la literatura, la correspondencia entre lo individual y lo social se da de forma natural.