Policial en el que un detective investiga el robo de un banco del que su amigo fue el autor en Paris. Melville cambia de lado de la ley sabiendo que el policía sólo puede inspirar burla o ambigüedad respecto a su comportamiento, y se deleita con la frialdad de los robos de la banda. El secreto del encanto es que no importa el dominio de la información, sino la elegancia con que se hacen las cosas (y ahí el policía nunca es elegante).