Drama en el que un grupo de estudiantes conversan con obreros de una fábrica en Francia. Godard inicia su período de radicalización política hacia la izquierda y de experimentación narrativa que pone de manifiesto la insuficiencia del cine. En este caso las imágenes del mayo francés en blanco y negro tienen su impacto y la charla en la que no se ven los rostros invita a la participación.