Cuento de terror en el que un escritor de bestsellers sobrenaturales visita un pueblo del Sur de los Estados Unidos. La voz en off ya establece el tono. Val Kilmer parece salido de la tumba. Y Francis Coppola, el rescatista oficial de ya no solo del cine de Hollywood, sino de la cultura pop americana del siglo XX y la literatura gótica del siglo XVIII, se pone a trabajar de trasnoche. Desde el escritor alcohólico hasta el mumblegore, su nueva película es un rompecabezas que descoloca más de lo que asusta. John Carpenter ya lo hizo en la década de 1970 y lo reflejó en la de 1990, In the Mouth of Madness (1994). Entre las referencias a la cultura pop y letrada se pasa de la saga Twilight (2008-2012) a Twin Peaks (1990-2017) sin escalas. De las películas de su hija, toma la última parte de su obra, a la obra de los directores, poetas malditos del horror en el cine (Mario Bava) y la literatura (Poe). Al aire libre y de noche se puede hacer mejor, parece decirle a Kubrick.