Secuela de la serie de televisión Twin Peaks (1990-1991) que narra los días previos al asesinato de Laura Palmer en un pueblo del estado de Washington. Quienes esperen una adaptación convencional o un thriller al uso que busquen en otra parte. Lynch ofrece en su reemplazo uno de los mejores films fantásticos de la década de 1990. Su facilidad para concebir hipnóticas secuencias se observa en la escena del sueño de la protagonista que entra en el cuadro de la pared y en el pasaje en un bar de mala muerte con la música tan fuerte que los diálogos necesitan de subtítulos (también en la versión original). La dualidad de la belleza y el horror de Blue Velvet (1986) y Wild at Heart (1990) aquí está ausente. El film se vuelca directamente por lo segundo. El retrato de una adolescente conflictiva se ve amplificado por su muy activa imaginación. El film arranca con un excelente prólogo (la investigación de un asesinato anterior) que bien podría ser la génesis de otra serie. Algunos apuntes como la presencia del enano y del personaje interpretado por dos actores refuerzan las similitudes de Lynch con Buñuel. La puesta en escena elegante y perturbadora no evidencia rastros de los orígenes televisivos del producto.