Historia de amor de un exiliado y una ninfa en el mítico país de Mandrágora donde el Sol nunca se pone. La película se compone de apuntes absurdos (inseminación artificial, la pelea de las dos hermanas), surreales (el entierro de la mujer viva), delirantes (se va el perro muerto, los encuentros en el bosque) y terroríficos (la sangre, el clavo en el cerebro). Pero Guy Maddin se muestra más lineal y menos sugerente que de costumbre. La estructura dramática es más clásica y melodramática, especialmente en los diálogos teatrales. La ambientación en bosques encantados, cielos coloridos y bellos acantilados guarda tal vez las más hermosas imágenes de su obra. La trama repleta de deseos, desilusiones y desconfianza ahonda en el romanticismo gótico y más que de la imposibilidad de perdurar del amor habla de la imposibilidad de la paz duradera en los bellos momentos.