Drama en el que un matrimonio se separa y once años después el padre busca a su hija en París. El excelente uso de la elipsis, de la condensación y del realismo quita al film todo rasgo de sensacionalismo, sordidez y sentimentalismo, pese a que trata temas que dan para ello. En el recuerdo queda el rostro de Constance Rousseau (la hermana real de la niña del principio) tratando de asimilar un pasado que no conoce pero le pertenece.