Policial en el que un gánster al borde del retiro roba unos barrotes de oro y su mejor amigo es secuestrado en Paris. Becker hace un retrato de la lealtad y la madurez. Las situaciones humanizan a los personajes. Las digresiones y esperas marcan la importancia de las mujeres en la vida de estos delincuentes. Por lo que el suspenso, los estilismos de la puesta en escena y la violencia aparecen con naturalidad.