Cuento de terror en el que seis jóvenes son transportados a una cabaña en medio del bosque rodeado por una barrera invisible y encuentran un tótem en el cementerio en California. La premisa resultaba atractiva por el neto corte fantástico, por lo poco que explica y por el recuerdo que trae de Cube (1997). Pero rápidamente las esperanzas quedan sepultadas. Porque la duración de 65 minutos (incluyendo los larguísimos créditos) está estirada, la dinámica teatral (en el peor sentido) domina la función y entre los seis actores no hacen uno. No por nada DeCoteau continúa recurriendo al seudónimo para firmar estos subproductos de Full Moon. Totem, Shrieker (1998) , Talisman (1998) , Witchouse (1999) , Voodoo Academy (2000) y Prison of the Dead (2000) básicamente son la misma película con pequeñas variaciones. El único atractivo de estos films reside en alguna línea de diálogo, en descubrir a la actriz desconocida o en detectar los niveles de homoeroticismo encubierto. Pero en este caso ninguna de estas características aparece. Los diálogos tratan de cubrir los huecos del guión, la historia y la puesta de escena. Ninguna de las actrices invitan al morbo, la simpatía o la compasión. Y los personajes masculinos no escapan al más rancio estereotipo. A los cuatro asesinatos (sólo uno gore) le agrega en el final unos zombis salidos de la nada en la abrupta resolución. Si bien de vez en cuando los productos de DeCoteau para Charles Band pueden dar sorpresas, este no es el caso.