Aventura en la que un contrabandista de armas es escoltado por el ejército francés para rescatar a un líder religioso en Sudán en 1940. Jacques Tourneur vuelve al exotismo de la ambientación, en este caso el desierto de África (en realidad Utah), para mostrar la maestría en el manejo de la pequeña forma de la acción. Lástima que esta vez no utiliza el color. Aún persiste el clima erótico de sus triángulos amorosos y la sensación de peligro en la secuencia de la araña, pese a que su cine persiste en negarse a entrara de lleno a la modernidad.