Drama en el que un joven guitarrista se une a una banda de rock en Tucson, Arizona. Cardone se desentiende del terror y trata de meterse en el rock and roll de una forma tan superficial e inocente que su film no resulta del todo molesto. De hecho encuentra algunos atractivos hallazgos en la puesta en escena (el travelling que acompaña a los personajes en la calle mientras se acercan al pub, el plano fijo en los camarines mientras están de gira o el plano conjunto de la pareja cuando se conoce). Pero una vez que utiliza los contraplanos del público en gesto de aprobación y los montajes de paso del tiempo durante las canciones estamos en el terreno de la pura mediocridad cinematográfica de la década de 1980. La presencia de Jill Schoelen como la novia del protagonista es un plus pese a que su personaje y su papel en la historia es muy poco agraciado.