Drama bélico en el que un tímido profesor se opone al colaboracionismo en un pueblo francés ocupado durante la Segunda Guerra Mundial. Aún con las limitaciones de un film de propaganda, Renoir es capaz de incluir pequeños detalles (el reloj que adelanta la madre del protagonista), humanizar a los personajes de ambos bandos, extraer el poder afectivo de los primeros planos y superar las trampas de las escenas de juicio. Su film da una lúcida visión del contexto económico y social de la guerra.