Drama criminal en el que un fiscal investiga el asesinato de un joven puertorriqueño cometido por tres adolescentes de una pandilla en New York. Frankenheimer transita el previsible paso de la acusación a la comprensión en la conciencia del protagonista con el uso de estilismos visuales. Pero nada puede hacer con los (supuestos) grandes interrogantes que plantea el film y la fascinación de Hollywood por las escenas de juicio porque al final todo se resuelve como siempre.