Drama en el que una artista de circo ayuda a un joven huérfano para que estudie derecho en Tokyo en 1890. El estilo visual poético e intuitivo de Mizoguchi ayuda a sobrellevar los vaivenes por momentos algo manipuladores de la trama. Si la historia logra emocionar es porque el retrato de una mujer que se sacrifica por amor a espaldas de la sociedad sin esperar nada a cambio es convincente.