Cuento de misterio en el que dos escritores y un publicista son sospechosos del asesinato de una secretaria en Londres. A partir de una relación extramatrimonial y de cierta distancia chabroliana, Gilling se va desinteresando progresivamente del misterio por la identidad del asesino. Pero sobre el final retoma la tensión por la simpleza de la planificación en la escena del intento de envenenamiento por la inclusión de un plano general de la mujer que sale de una habitación que transmite la sensación de ser observada.