Drama en el que cinco hermanas adolescentes se suicidan en un pueblo de Michigan en la década de 1970. Sofia Coppola debuta en la dirección con una película extraña. La adaptación de la novela de Jeffrey Eugenides se construye como una sucesión de bellos momentos que presagian la tragedia. Por momentos adopta tonos de drama distanciado, por otros de comedia negra, incluso llega a cierta atmósfera de cuento de terror gótico. El material le permite a Sofia Coppola adoptar esa mezcla de estilización y realismo que el cine americano sigue explorando desde los tiempos de su padre. Su puesta en escena repara en los pequeños detalles (letras de papel, la ropa en la casa), juega con el punto de vista del relato y la voz plural del narrador, hace un extraordinario trabajo con los actores (tanto los adultos como de los menores) y saca un máximo provecho del sonido (la música, las canciones, los silencios). Las interpretaciones subterráneas sobre la sexualidad vista como cárcel exterior/interior, sobre el pasaje de la adolescencia como el lugar donde lo real y lo imaginario se separan y sobre la década de 1970 todavía como refugio de la inocencia y la melancolía no interfieren el desarrollo dramático del film. El tono delicado, etéreo y progresivo la banda sonora de Air se complementa con el hallazgo de algunas canciones de Sloan, 10cc, Carole King y Gilbert O’Sullivan. Con un auspicioso debut Sofia Coppola se perfila como una de las mejores directoras de su generación.