Cuento de terror en el que un doctor realiza experimentos consigo mismo en Londres en la década de 1880. La primera versión en colores de la novela de Stevenson ofrece una original variante: Jekyll es un ermitaño y Hyde es un playboy. Fisher reinventa el mito del bien y el mal con resonancias modernas gracias a que el miedo y el horror se convierten en deseo y libertad pura. La consistencia narrativa del relato y el dominio del encuadre transforman a su film en un drama pasional de locura, celos y lujuria.