Drama criminal en el que un joven popular de 23 años asesina adolescentes en un pueblo de California. Inspirado en el caso real en Tucson, Arizona en 1965. Barry Shear adopta un punto de vista diferente al habitual en este tipo de relatos basados en psicópatas. Es más bien un film de gangsters que hace un retrato de su personaje y adopta la gran forma de la acción en vez de adquirir la dinámica del psycho thriller o poner el acento en el suspense, los asesinatos y el misterio por la identidad del asesino. El resultado por momentos es brillante. Una puesta en escena que recuerda a la nouvelle vague con el constante movimiento de la cámara y los personajes, con los jóvenes a la deriva y esas fiestas improvisadas en cualquier momento o lugar.