Cuento de terror en el que un soldado francés sigue a una mujer al castillo de un Barón en el siglo XVIII. Más allá de las similitudes con Pit and the Pendulum (1961), de la estructura narrativa de largo flashback, de ser uno de los primeros protagónicos de Jack Nicholson y de la previsibilidad de la historia, el film sólo es recordado por el hecho de haber sido filmado en apenas tres días. Se nota.