Western minimalista y existencialista en el que dos cowboys acompañan a una mujer que perdió su caballo en un pueblo lejano en Utah. A la redefinición que sufrió el Western en la década de 1960 con Leone (hipérbole autoconsciente) y Peckinpah (realismo sucio), Hellman le dio un toque más arty, con la inclusión de los tiempos muertos y el uso del off visual. Ni los personajes ni las situaciones responden al arquetipo del género, pero tampoco caen en el anacronismo, sino en la belleza per se de las imágenes, como ese plano final de la muerte.