Mezcla de comedia y cuento de misterio en la que Sherlock Holmes visita al Dr. Freud por su adicción a la cocaína en Viena, 1894. Adaptación de la novela de Nicholas Meyer del mismo año. Ross opta por el único camino viable (tomarse la historia en serio y no jugar a la parodia fácil), para ello incluye secuencia puente de alucinaciones de abstinencia. Mientras el cine americano de la década de 1970 estaba preocupado por la reformulación genérica y el compromiso político, el público nunca tuvo tiempo para apreciar la ligereza y teatralidad de películas como esta.