Drama en el que un aristócrata contrata a un sirviente del que se vuelve cada vez más dependiente en Londres. Adaptación de la novela de Robin Maugham. La puesta en escena de Joseph Losey acentúa la importancia de algunos objetos: la escalera que marca la pendiente de la decadencia, los espejos que reflejan la falsedad de las relaciones. La película se acerca al cuento de terror, la pareja protagonista bien podría ser el vampiro y su víctima. Más que el sustrato homosexual se impone la idea del servilismo de las relaciones sociales. La mujer es la única que tiene la intuición para reconocerlo antes.