Drama en el que un joven regresa a su casa por la muerte de su padre y se hace cargo de los arreglos del funeral en un pueblo de Rusia. Sokurov prolonga la situación inicial con un hipnótico poder visual, una caricatura de la burocracia, una pizca de humor absurdo y su habitual parsimonia narrativa. Sin embargo se observan algunos rasgos de condescendencia hacia los personajes que derivan en dificultades visuales y narrativas para expresar lo simple.