Secuela de The Arrival (1996) en la que un hacker recibe información sobre una invasión extraterrestre y se lanza a la fuga en Montreal. De las personas que nada tuvieron que ver con la primera parte y con un cuarto del presupuesto del original, se lanza esta secuela directa al mercado de video. Pese a que los diálogos provocan taquicardia, los actores provienen de las peores teleseries, los efectos especiales son de Family Game y el argumento se reduce a una sucesión de corridas y persecuciones, el film conserva cierto encanto. Tal vez tenga que ver con la estilística dirección de Kevin Tenney (esos grandes angulares a lo Raimi), con algunas soluciones atrevidas (ese plano que atraviesa las ventanillas) o con las locaciones reales de Canadá (esas calles y fábricas vacías). Eso sí, el protagonista es un programador milimétricamente despeinado y su coprotagonista, una periodista que tira comentarios inteligentes sacados de la revista Cosmopolitan. Juntos deben ser la pareja por la que menos se preocupa el espectador en mucho tiempo. La película mantiene algunos elementos del original: las rodillas de los aliens que se doblan para atrás, las esferas que se tragan todo y los escarabajos enviados para matar. En cuanto a los efectos especiales, los planos del espacio del inicio son vergonzosos, pero el escarabajo mecánico está bien resuelto. La resolución salida de la nada es coherente con la incoherencia del guión. El film queda a mitad de camino de seguir las directrices de la primera parte o de apostar por algo diferente.