Drama en el que un empleado de un ministerio es acusado de soborno y sufre una crisis matrimonial en Teherán. Kiarostami traza un paralelo entre la decadencia de dos instituciones, la política y la familia, en consonancia con el cine occidental de la época. Pese a ser uno de los films más olvidados de su obra, encontramos señales de su estilo en la utilización del sonido directo y en cierta indiferencia del mundo hacia el observador.