Cuento de terror en el que un criatura suelta acosa al museo de historia natural de Chicago. La película tiene demasiada influencia del thriller y del film de acción contemporáneo, con sus grúas, montaje frenético y luces de fondo, y poco de la visceralidad de un film de terror. Lo mejor es la puesta en escena dentro del museo. Hyams nos pasea por pasillos, túneles y escaleras con el oficio de un artesano. Lo peor es cierto carácter aséptico de la monstruosidad. El film esconde más de lo que sugiere. Pese a la súper inteligencia, su origen humano, y la aportación de datos inútiles (como si importaran las pseudo explicaciones científicas), el monstruo carece de entidad física y visual. Se nos explica que la criatura tiene su origen en las hojas de una tribu brasileña y se alimenta del hipotálamo del cerebro. Es una mezcla de lagarto, león y dinosaurio de color gris. Eso sí, el film es bastante gore, especialmente en las decapitaciones, y muestra numerosos cadáveres de las diez víctimas que se cobra. Pero tiene el mismo problema que Mimic (1997), cuando el monstruo aparece demasiado seguido, pierde efecto. Un film de terror apenas discreto que se vio favorecido por el envión que recibió el género a fines de la década de 1990.