Drama en el que un juez debe sentenciar a su hija ilegítima acusada de infanticidio en un pueblo de Dinamarca. En su ópera prima de reminiscencias autobiográficas, Dreyer ya es capaz de encontrar la belleza en la más honda melancolía, de capturar imaginativas soluciones visuales (el reflejo de las sombras en el agua), de darle expresividad a los primeros planos y a los virajes de color de la fotografía y de indagar en la atemporalidad de los conflictos de clase.