Comedia dramática en la que un joven debe casarse con la viuda de un párroco para convertirse en su sucesor en Noruega. Dreyer puede manejar el frágil equilibrio del drama y la comedia. A la vez que hace un reflejo de la tradición y del paso del tiempo. Se nota la huella que dejó en Bergman y todo el cine nórdico. Si bien el desarrollo de la trama escapa a la previsibilidad, el film no puede evitar caer en cierta manipulación de guión y en una mirada condescendiente hacia los personajes que empañan el resultado final.