Thriller en el que un estudiante de matemáticas se une a un profesor para resolver unos asesinatos en la universidad de Oxford, Inglaterra en 1993. Adaptación de la novela Crímenes imperceptibles (2003) de Guillermo Martínez. De la Iglesia finalmente da el paso hacia el cine en inglés con un producto de factura clásica que se aleja de la comedia y del gore. El resultado es decepcionante. Tal vez el género de misterio y suspenso necesite de un director más frío y cerebral, menos pasional y abrupto que él. Pero lo cierto es que las actuaciones están muy por debajo de lo habitual, la trama nunca termina de despegar, el ritmo carece de progresión y los asesinatos resultan bastante ridículos como para tomar en serio al producto. La voz en off de viejo borracho de John Hurt termina cansando (Hellboy (2004) y Perfume (2006) también la utilizaban). Los diálogos, teorías y especulaciones matemáticas no tienen ningún soporte visual. La ausencia de violencia, sexo y excesos en este caso se siente. De la Iglesia se muestra demasiado temeroso de trasladar su cine al plano internacional.