Comedia dramática en la que una chica inocente de Pennsylvania se muda a New York con la intención de ser bailarina y termina inventando el striptease en 1925. Friedkin hace una buena recreación de la época y del teatro musical que, sumada al montaje vertiginoso, por momentos recuerda a los films de Ken Russell. Pero las pretensiones no tardan en aparecer y Friedkin nos quiere contar el final de una época con intención burlesca.