Cuento de terror en el que una adolescente sospecha que la nueva alumna es una vampira en una escuela internado de Norteamérica. Adaptación de la novela de Rachel Klein. Luego de la excelente The Notorious Betty Page (2005), Mary Harron continúa su obra cinematográfica con una elección un poco extraña. La película bien puede anotarse en la moda de vampiros adolescentes, pero Harron sabe dotar al conjunto de un tono más serio y adulto. No hay auténtico misterio y la amenaza nunca es del todo explícita, pero con el paso del tiempo la figura de la vampira adquiere marcados rasgos de ambigüedad: puede ser parte de la imaginación de la protagonista como un reflejo de su propia personalidad. El rostro de Lily Cole sirve para mantener el punto de vista del relato. Harron utiliza de forma conveniente la voz en off y recurso de las pesadillas. Pero el problema (tal vez heredado de la adaptación de la novela) es la temporalidad del relato, al abarcar casi un año escolar muchas escenas y personajes se diluyen. Es una lástima que la interpretación sobre la literatura gótica, los cuentos de vampiros y particularmente la novela Carmilla (1872) ya venga servida de antemano por el guión. El personaje del profesor de literatura se va desdibujando progresivamente hasta convertirse en un estorbo. Los films de terror dirigidos por mujeres tienen mayor crueldad emocional y afectiva. Algunos dirán que son un poco vagos en cuanto a la iconografía del género y carentes de gore y violencia, pero en sí conectan mucho mejor con las raíces del género que la mayoría de los actuales subproductos que deambulan. A fin de cuentas el principal problema del film es tratar de ser un cuento de terror y una historia de aprendizaje al mismo tiempo.