Cuento de terror en el que un náufrago llega a una isla en la que un hombre practica juegos de cacería humana en el Pacífico. En apenas 63 minutos Schoedsack concibe una pequeña obra maestra del cine de la década de 1930. A partir de una primera parte discursiva que plantea interrogantes filosóficos, de una segunda parte más orientada a la acción y la aventura, de unos impresionantes travellings en los pantanos y de una última imagen de la ventana tan bella como perturbadora muestra su habilidad para conjugar la aventura, el suspenso y el terror.