Cuento de ciencia ficción en el que un ingeniero crea una máquina de inteligencia artificial en una base gubernamental secreta de Gran Bretaña en un futuro cercano. El bajo presupuesto le juega a favor al planteo del film. La premisa, el ambiente y los efectos especiales recuerdan a cierto cine de ciencia ficción de serie B de las décadas de 1980 y 1990, de Creature (1985) a Death Machine (1994). Pero el film sacrifica al personaje que era el mediador entre el espectador y el escenario (la joven ingeniera que se une al equipo) en beneficio de otro que, si bien es el que le da el título, no logra estar del todo bien perfilado. La super inteligencia inocente por momentos se vuelve un poco insulsa. Los reflejos horizontales de luz de la fotografía son molestos, pero no son más que otro síntoma de la incontinencia visual del cine del siglo XXI con la que los directores adornan sus imágenes.