Cuento de terror y ciencia ficción en el que un hombre naufraga a una isla en la que un doctor hace experimentos con los animales en el año 2010. La tercera versión de la novela de H. G. Wells supone un instructivo ejercicio para ver hasta qué punto son vacuos el despliegue de efectos especiales y la espectacularidad del cine contemporáneo. Pese a eso, es de agradecer que el film conserve el tono reflexivo del original al recrear una rebelión social y plantear los límites de la naturaleza animal del hombre. Los principales cambios respecto a las dos versiones anteriores se ven en la apariencia y las intenciones del doctor Moreau. Los efectos especiales de Stan Winston son un show de monstruosidades.