Psycho thriller en el que una chica consigue trabajo en una corporación que comercia obras de arte cuyo guardia de seguridad es un asesino serial en Tokyo. A partir de soluciones visuales poco comunes pero simples, de un sentido del humor negro, seco y distante y de un excelente uso de la ambientación, los pasillos y las sombras, Kurosawa transforma un slasher al uso en otra cosa. Sólo la música un poco reiterativa y la fotografía algo descolorida evidencian la falta de presupuesto.
