Comedia dramática en la que un barbero judío trata de evitar la persecución en un país ficticio de Europa regido por un dictador. En esta sátira al Tercer Reich de Adolf Hitler, Chaplin utiliza sus dotes para la comedia física y visual para hacer un llamado a la igualdad y la humanidad. El film tiene gags que bordean la genialidad (el juego con el globo terrestre, el barbero que afeita al ritmo de Brahms y el discurso del dictador que no necesita traducción). La reflexión final parece un poco excesiva, pero el film está lejos de ser un mero panfleto.