Drama criminal en el que un profesor de inglés se convierte en un apostador compulsivo en New York. Karel Reisz hace su debut en Estados Unidos con un film que, como su personaje, deambula por el cuadro sin encontrar sentido a sus acciones. El guión de James Toback, la puesta en escena de Reisz y la actuación de James Caan tratan de adscribirse al modelo realista de la acción del cine americano en la década de 1970, pero hay algo que no termina de cerrar. Ya sea en el dibujo de los personajes, la temporalidad de las escenas o en sustrato moralista de la resolución. De manera tal que el final en el que el protagonista se auto castiga carece de resonancia.