Drama criminal en el que un joven echado de la universidad se une a una banda de ladrones de joyas en Londres. A partir de toda la concisión narrativa que le permiten los 69 minutos de duración, Gilling toma cierta distancia de un material cargado de complejos de Edipo y de un tono moralizante. Pero no es suficiente para despegarse de la pesada carga melodramática y para entrar de lleno en el terreno noir, por lo que el film queda a mitad de camino.