Secuela de Harper (1966) en la que el detective privado viaja a New Orleans para investigar un caso de chantaje en una acaudalada familia que se niega a vender su finca para la explotación petrolífera. Nueve años después de la primera entrega Paul Newman retoma al personaje de Lew Archer (Harper en el cine) de las novelas de Ross Macdonald. Nuevamente la historia original sufre un cambio fundamental, el traslado de Los Angeles a New Orleans. Newman acentúa la tendencia de payaso de su personaje. La trama y la acción quedan en segundo plano en beneficio de una narración parsimoniosa propia de la década de 1970 que sólo logra cargarse con la acumulación de agua purificadora en la principal escena del film. Una vez que sale de la encrucijada todo se resuelve más o menos convenientemente.